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- La consecuencia a la que yo iba era ésta, que ante la vida no hay más que dos soluciones prácticas para el hombre sereno: o la abstención y la contemplación indiferente de todo o la acción limitándose a un círculo pequeño (...). Se puede tener el quijotismo contra una anomalía; pero tenerlo contra una regla general es absurdo.
(...)
- Tú puedes abarcar en tu contemplación la casa, el pueblo, el país, la sociedad, el mundo, todo lo vivo y todo lo muerto, pero si intentas realizar una acción (...), tendrás que restringirte hasta el punto de que todo te vendrá ancho, quizá hasta la misma conciencia.
- Es lo que tiene de bueno la filosofía -dijo Andrés con amargura-; le convence a uno de que lo mejor es no hacer nada.
(...).
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