Clark Kent

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Superman podía transformarse de nuevo en Clark Kent [...]. Trabajar en el Daily Planet era la vacación hawaiana del Hombre de Acero, su noche de sábado en la ciudad [...]. Beber whisky de centeno, limpiarse las gafas en la corbata [...]. En invierno ya estaría oscuro al otro lado de las ventanas [...]. No estaría esperando a nadie, ni ningún suceso, porque sólo sería Clark Kent. Puede que Lois Lane ya no le hiciera caso, pero no importaría, seguro que saldría con alguna de las mecanógrafas. A veces iría a cenar a un coqueto local [...] a la orilla de un lago [...].

- Entonces, en vez de poder ir volando a todas partes -había respondido su amiga-, tendría que meterse en un coche del que todavía estaría pagando los plazos [...] ¿Por qué iba a querer alguien ser sólo mortal?

[...] LD, más generosa en aquellos días, sólo pensó que su amiga no había comprendido.

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Thomas Pynchon.

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