Lo infinito y lo infinitesimal



Mis horas más felices son aquellas en que no pienso nada, no quiero nada, no sueño querer, perdido en un torpor vegetal [...].

Hay momentos en que la vacuidad de sentirse vivir llega a tener el espesor de algo positivo. En los grandes hombres de acción [...], este sentimiento de que la vida no es nada conduce al infinito. Se enguirnaldan de noche y de astros, se ungen de silencio y soledad. En los grandes hombres de inacción, a cuyo número humildemente pertenezco, el mismo sentimiento conduce a lo infinitesimal; se estiran las sensaciones, como elásticos, para ver los poros de su falsa continuidad floja.

Fernando Pessoa, Libro del desasosiego. 

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